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miércoles, 8 de marzo de 2017

El "Huerto de Cándido" por José Sánchez Conesa.

La señalización viaria nos indica la dirección que en La Palma debemos observar hasta llegar al Huerto de Cándido, muy cerca del cementerio. Hablamos de un espacio que su dueño, Cándido García Molera, ha venido cultivando desde hace muchos años. Allí encontramos una gran cantidad de especies vegetales que en el año 2002 eran 223. Lamentablemente hoy día son bastantes menos, debido a los numerosos hurtos sufridos. Conozco esos datos por el proyecto de fin de carrera que presentaron Jesús García Estrada y María Cristina Monsálvez, alumnos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica de la Universidad Politécnica de Cartagena. Los directores del estudio fueron mis amigos Juan José Sánchez Martínez, hoy catedrático de Producción Vegetal, y Miguel Alberto Guillén Pérez 'Michel'. Cándido me deja el texto encuadernado que le regalaron sus autores, obra con numerosas fotografías en color que nos acercan a la belleza de las plantas que existieron en este recinto, a su valor ornamental, didáctico y botánico.

La superficie que hoy ocupa el jardín se dedicó con anterioridad al cultivo de la vid, cereales y horticultura. Cándido la fue transformando desde mediados de los años 60 con la plantación y siembra de especies recogidas en numerosos viajes por todo el mundo. Además de especies, como el tabaco, que en tiempos se cosecharon en los campos palmesanos.

Las especies están dispuestas formando isletas o macizos. También las sitúa en umbráculos, donde crea estanques con plantas acuáticas, macetas y tiestos con especies de interior. Una serie de senderos nos conducen por toda la extensión, antes entre vegetación abundante. En algunos momentos parecíamos inmersos en una selva tropical de Centro América.

Personalmente me fascinan los numerosos cactus por su exotismo, variedad de formas y colores. Los amantes de los mismos están de enhorabuena, gran parte de sus ejemplares fueron traídos desde Canarias, Centro y Sur de América.

Centro de etnobotánica

El propietario-autor del jardín nos convocó a un grupo de amigos para comunicarnos su intención de donarlo al pueblo de La Palma, sin descartar un posible uso del terreno para equipamientos sociales, como pueda ser una residencia de ancianos. Se iniciaron las gestiones oportunas con el objetivo de que el Ayuntamiento de Cartagena reciba la donación, realizando a su vez las mejoras oportunas para su mejor aprovechamiento con el diseño de rutas didácticas o paneles explicativos.

La UPCT puede y debe decir algo en esta historia por todo lo expuesto. De hecho, propietario y amigos no descartamos la idea de que la institución municipal y la académica realicen un convenio de colaboración para su uso universitario y social.

Constituiría un centro de Etnobotánica comarcal, disciplina que estudia los usos y aprovechamientos que la comunidad local da a las plantas, a lo largo del tiempo y en el momento actual. Es un espacio verde con un alto interés botánico por lo que ha recibido numerosas visitas de escolares y turistas. Esa función deberá continuar, unida a la didáctica que desarrollen profesores y alumnos de las asignaturas de Botánica, Arboricultura, Floricultura, Jardinería o Paisajismo.

«¿Tienes a tu hijo muerto, teniendo beleño en el huerto?» Era un dicho procedente de nuestro folklore que circulaba entre campesinos. Con beleño se han elaborado ungüentos mágicos merced a sustancias como la hiosciamina y la escopolamina, que en altas dosis, producen efectos alucinógenos. También han participado de esos usos el manrubio, el gandul y el catarrocín.

Las plantas han formado parte importante de la vida material de las gentes de la zona por sus aportaciones a la gastronomía (pensemos en la rica empanada de collejas), la alimentación de los animales domésticos o la fabricación de objetos y utensilios.

Por ello las gentes del campo disponían antaño de un huerto-jardín con variedad de especies ornamentales, condimentarias y medicinales.

El pasado lunes visitó el huerto Ricardo Segado, concejal de Patrimonio, pues pasará felizmente al municipio de Cartagena, formando parte del patrimonio cultural de la ciudadanía.




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